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COLABORACIONES

El presupuesto de la UdeC

Septiembre 30, 2015

Con una nota titulada “Desde la UdeC hasta el IEE, ¿cuánto le cuestan los órganos autónomos al Estado?”, Rosario Gutiérrez, reportera de Ángel Guardián, expuso el sábado 26 de septiembre el presupuesto que el gobierno colimense destinó en 2015 a siete instituciones autónomas. El tema es vital para valorar la coherencia entre discursos y hechos en un renglón sensible, para examinar la concreción de las prioridades. Colocarlo en la mira es un acierto de la cadena radiofónica.
De acuerdo con la información publicada, en total se invertirían (o gastarían, según la óptica) poco más de 349 millones de pesos en 2015. La principal destinataria de ese recurso es la Universidad de Colima, con 231 millones.
¿La cantidad es mucha o poca? ¿Es suficiente? ¿Es adecuada? Las respuestas variarán, como las perspectivas. Me interesa observar el asunto desde un ángulo: la evolución del presupuesto durante el sexenio que termina. Lo haré rápido. Según el primer informe de Mario Anguiano, en 2010, el gobierno subsidió a la Universidad de Colima con 218 millones de pesos; más de lo contemplado en el presupuesto de egresos de aquel año. Con esa medida ya podemos empezar a analizar.
Entre 2010 y 2015 el aporte del gobierno estatal a la UdeC creció 13 millones, a juzgar por los datos antedichos. ¿Hubo un incremento de las partidas aprobadas para este ejercicio fiscal? ¿En el informe próximo del gobernador se incluirán otras cifras?
Si nos quedamos con los números señalados, el aumento es mínimo para la máxima casa de estudios, que tenía en 2010 un presupuesto global superior a los 1,300 millones. Y no se puede justificar que crecieron otros rubros, como becas o útiles escolares, porque esos no financian a la institución, no aumentan espacios y no pagan maestros, que son el rubro principal del gasto universitario.
Una elevación sustancial en los indicadores de cobertura en educación media superior y superior, para alcanzar a los estados más avanzados del país, requiere en la entidad una inversión sin precedentes, especialmente en la superior. Veo inviable un crecimiento superlativo de la UdeC, y sí creo, en cambio, que deben ofrecerse otras opciones educativas para el futuro; por eso he planteado antes la necesidad de una nueva universidad para Colima; no que compita con nuestra Universidad, sí que diversifique la oferta y rompa moldes en la enseñanza superior del país y en el desarrollo de nuevos programas de investigación científica.
Al margen de ello, es imperativo el fortalecimiento de la UdeC. Ojalá el próximo gobernador de Colima no se limite a aplaudir los logros y demuestre su respaldo seriamente en donde hay que confirmarlo: en el presupuesto que luego debe vigilarse con escrúpulo. Los aplausos y los discursos no sobran, pero sin recursos, son archivos en la papelera de reciclaje.

www.jcyanez.com
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Juan Carlos Yáñez Velazco

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